como montar una pequeña oficina en casa

El auge del teletrabajo, sumado a que cada vez más autónomos optan por trabajar desde el propio domicilio, algunas veces para ahorrar costes, otras por cuestiones de conciliación familiar, son dos de las causas que explican el creciente interés en tener un despacho u oficina en casa.

La idea, en principio, suena bien. Pero llevarla a cabo, no siempre es tan fácil como podría parecer.

La buena noticia es que casi siempre es posible encontrar la manera de montar un espacio de trabajo funcional, incluso en casas pequeñas.

Solo necesitaremos una buena dosis de imaginación y, sobre todo, tomarnos el tiempo necesario para encontrar los muebles y complementos adecuados.

En este artículo repasaremos los principales aspectos que deberíamos tener en cuenta a la hora de diseñar nuestro propio despacho en el hogar. 

Y lo haremos respondiendo a tres simples preguntas, que son ¿para qué?, ¿dónde? y ¿cúanto?.

Además, compartiremos algunos ejemplos de mini despachos que nos encantan y que esperamos que te inspiren tanto como nos han inspirado a nosotros.

¿Para qué quiero el despacho?

La primera pregunta que todos deberíamos hacernos, mucho antes de empezar a buscar una mesa de trabajo o la silla de escritorio más ergonómica del mercado, es para qué queremos tener un despacho en casa.

Sabemos que, al menos en un principio, lo queremos para trabajar.

Pero si de verdad buscamos la eficiencia en nuestro proyecto, es bueno que profundicemos un poco más.

Por ejemplo, puede que vayamos a teletrabajar un par de días a la semana, ya que la mayor parte del tiempo trabajamos desde la oficina.

Si es así, podríamos plantear nuestro despacho como algo a lo que pudiéramos darle otro uso mientras no se esté utilizando. Incluso que se pudiera desmontar.

Puede pasar que estemos empezando un proyecto propio al margen de nuestro trabajo principal.

En tal caso, es muy probable que pasemos largas horas delante del ordenador todos los días, como mínimo los primeros meses, y nos irá bien contar con un espacio fijo, tranquilo, bien iluminado y confortable.

Son solo algunos ejemplos, pero tener claro cuál será la utilidad del despacho, la frecuencia de uso y qué vamos a hacer en él, nos ayudará a planificar mucho mejor el diseño.

¿Dónde ubicar la oficina en casa?

Empecemos por lo que a todos nos gustaría.

Lo ideal sería que el despacho se ubicara en una habitación o estancia independiente del resto con una puerta que se pudiera cerrar.

Y, puestos a pedir, no estaría nada mal que tuviera una ventana por la que entrara luz natural la mayor parte del día, que estuviera lleno de enchufes y que internet funcionara a todas horas a toda velocidad.

Eso sería lo ideal, como hemos dicho. Pero lo ideal, no siempre es lo posible.

Si nos hemos tomado el tiempo para responder a la primera pregunta, nos resultará mucho más fácil decidir ahora dónde colocar nuestro despacho. O, como mínimo, donde no colocarlo.

Opciones hay muchas y, a veces, lo único que necesitamos es que nos llegue la idea.

Por esa razón, al final de este artículo, encontrarás varios ejemplos de oficinas de todo tipo para que te inspires.

Por ahora, quédate con estas sugerencias.

El dormitorio principal suele ser una buena opción para ubicar un despacho pequeño.

La razón es sencilla. En la mayoría de viviendas, el dormitorio se usa solo para dormir, por lo que el resto del día podrás disfrutar de cierta intimidad y tranquilidad.

Además, el dormitorio suele tener puerta, lo cual es muy útil si necesitas encerrarte por la razón que sea, por ejemplo para una videollamada.

Si vives en un dúplex, sobre todo en un dúplex pequeño con pocas o ninguna habitación, una opción interesante y creativa podría ser aprovechar el hueco de la escalera.

El salón comedor cumple con algunas de nuestras exigencias, como la luz natural o la disponibilidad de espacio suficiente para una mesa, una silla y un pequeño armario.

Pero también suele ser la estancia más transitada de toda la vivienda. Tenlo en cuenta.

Situar el despacho en el salón nos parece una gran idea si solo necesitas un espacio para trabajar puntualmente.

En ese caso, puedes utilizar como mesa de trabajo una plegable y recogerla cuando no la necesites.

¿Cuánto quiero o puedo gastarme?

Ahora que sabes qué es lo mínimo que necesitas para empezar y tienes claro dónde vas a situar tu nuevo despacho o mini oficina, es hora de hacer números.

Los muebles a medida son una maravillosa solución en espacios pequeños. No obstante, su precio no es para todo el mundo.

Otra opción sería comprar los muebles de oficina y complementos principales de segunda mano. 

Me refiero a lo básico, por ejemplo, a una mesa, un pequeño armario o una cajonera móvil, y una lámpara.

Lo que te ahorres podrás invertirlo en una silla de escritorio más cómoda.

Porque sí, tener una mesa nueva y una lámpara de diseño está muy bien, pero la mesa, probablemente, la rayaremos, mancharemos y/o estropearemos al poco de empezar a usarla.

Y una lámpara usada te proporcionará la misma luz que una nueva. 

En cambio, si inviertes en una silla nueva y de calidad, no solo ganarás en comodidad, sino que estarás invirtiendo en tu salud.

Nuestro consejo, antes de salir a comprar, de perderte por IKEA o de empezar a llenar la cesta de Amazon, márcate un presupuesto máximo y toma la firme decisión de no saltártelo.

Y, con el presupuesto en la mano, establece tus prioridades.

Las nuestras ya las conoces.

Primero una buena silla, después la mesa, que deberá tener las medidas adecuadas para adaptarse a nuestra casa y a nosotros, y, para terminar, los cajones, la lámpara y todo lo queramos añadir.

Últimos 6 consejos rápidos

  • Elegir bien la silla ideal para ti, es tan importante como calcular correctamente la altura de la mesa. 
  • Existe una gran variedad de soluciones de almacenamiento. No obstante, nos parece fundamental que sean accesibles y que no te obliguen a hacer movimientos bruscos. Tenerlo todo al alcance de la mano te ayudará a evitar lesiones, sobre todo si eres de los que se pasan horas delante del ordenador.
  • Mantén una rutina en cuanto al orden. Nuestra sugerencia es que te acostumbres a dejarlo todo ordenado al terminar. Así, siempre empezarás tu jornada laboral en una mesa limpia y despejada. Ya sabes lo que dicen: Mens sana in “espacio de trabajo” sano.
  • Cuantos más elementos decorativos, más distracciones. Dale tu toque personal al despacho, pero evita los excesos. Todo en su justa medida, sienta mejor.
  • Ten siempre agua a mano. Mantenerse hidratado es clave para un rendimiento óptimo en el trabajo.
  • Si es tu primera vez trabajando en casa, explícales a todos los que viven en casa tu idea. Establece unas normas sobre cómo y cuándo pueden hablar contigo cuando estés trabajando. 

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